Sophia Scholl fue una víctima más de las miles y miles y miles de personas que fallecieron durante el horror del nazismo. Pero Sofía Scholl pasó a la historia por haber protagonizado una lucha silenciosa contra la sinrazón dirigida por Hitler y se convirtió en un símbolo de la libertad y de la dignidad humana al morir decapitada con tan sólo veintiún años de edad. Su crimen, defender unos ideales que no podían tener nunca cabida en el sí de una dictadura.
De las juventudes hitlerianas a la lucha silenciosa Sophia Magdalena Scholl nació el 9 de mayo de 1921 en Forchetenberg, en lo que entonces era la Alemania de la república de Weimar. Sus padres, Magdalena y Robert Scholl, entonces alcalde de su pueblo, educaron a sus seis hijos en el luteranismo pero desde una perspectiva humanista y libre pensadora. Sophie tuvo una infancia feliz, acudiendo a la escuela y disfrutando de un hogar agradable.
Con doce años, cuando el nacionalsocialismo ya había extendido sus redes organizativas, ella, junto con otras chicas de su entorno, se unió voluntariamente a las Juventudes Hitlerianas. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que no congeniaba con sus ideas. El arresto de algunos de sus hermanos y amigos, afectó mucho al ánimo de Sophie quien ya empezó a darse cuenta de la falta de libertad que se cernía sobre los alemanes. En aquellos años en los que aún era una jovencita, Sophie empezó a interesarse por la filosofía y a formar su propia opinión del nazismo. En 1940 se graduaba en la escuela de secundaria con un trabajo titulado "La mano que mueve la cuna, es la mano que mueve el mundo".
La Rosa Blanca en el Reich
La Rosa Blanca Sophia Magdalena Scholl Sophia Magdalena Scholl (n. 9 de mayo de 1921, Forchtenberg, Baden-Wurtemberg, Alemania - f. 22 de febrero de 1943 en Múnich) fue una dirigente y activista del movimiento de Resistencia Rosa Blanca en la Alemania nazi. En el momento de su detención era estudiante de biología y filosofía en la Universidad de Múnich. Su nombre está inscrito en el Walhalla (Monumento) de los alemanes ilustres. Infancia Era hija del alcalde de Forchtenberg am Kocher, Robert Scholl (1891-1973) y de Magdalene Müller (1881-1958); cuando nació fue la cuarta de cinco hermanos: Hans, Inge, Elisabeth y Werner. Comenzó el colegio con siete años y contó con una infancia libre de preocupaciones. En 1930 se trasladó, junto con su familia, a Ludwigsburg y dos años más tarde a la ciudad de Ulm donde su padre abrió una oficina de consultoría de negocios. En 1932, Sophie comenzó secundaria en un colegio para chicas. A los doce se le invitó a participar en la Liga de Chicas Alemanas (BDM por sus siglas en alemán) organización femenina de las Juventudes Hitlerianas, al igual que la mayoría de sus compañeras de clase. Sin embargo, su entusiasmo inicial fue transformándose gradualmente en actitud crítica. Ella estaba al tanto del punto de vista también crítico de su padre, de sus amigos, al igual que algunos profesores. Durante la guerra El arresto de sus hermanos y amigos en 1937, por participar ilegalmente en el Movimiento Católico de las Juventudes Alemanas, la marcó fuertemente. Comprendió la visión agresiva del nazismo y desde ese momento se hizo tenaz opositora a la dictadura de Hitler. Tenía talento para el dibujo y la pintura y, por vez primera, entró en contacto con los llamados "artistas degenerados". Igualmente era una ávida lectora que desarrolló un creciente interés por la Filosofía y por la Teología. Todo ello constituía su mundo alternativo al mundo Nacional Socialista. En la primavera de 1940 finalizó sus estudios de secundaria. El tema de su ensayo fue "La mano que mueve la cuna, mueve al Mundo". Al gustarle los niños, comenzó a trabajar como profesora del Jardín de Infancia en el Instituto Fröbel de Ulm-Söflingen. Una de las motivaciones para haber elegido dicho empleo fue la esperanza de que le fuera reconocido como servicio alternativo al Servicio Imperial del Trabajo (Reichsarbeitsdienst), requisito obligatorio para acceder a la Universidad: no fue así y, en la primavera de 1941, comenzó un periodo de seis meses en el servicio auxiliar de la guerra, como profesora de enfermería en Blumberg. El régimen de corte militar la llevó a pensar intensamente sobre la situación política y comenzó a practicar la resistencia pasiva. Tras sus seis meses en el Servicio Nacional del Trabajo, en mayo de 1942 se inscribió en la Universidad de Múnich como estudiante de Biología y Filosofía. Su hermano Hans Scholl, que estaba estudiando Medicina allí, le presentó a sus amigos, los cuales, aunque fueron conocidos a la larga por su postura política, inicialmente fueron reunidos por su común interés por el arte, la música, la literatura, filosofía y teología —también tenían su importancia las excursiones en la montaña, esquí y natación— a menudo asistían a conciertos, representaciones de obras y conferencias. En Múnich, Sophie se reunió con un buen número de artistas, escritores y filósofos, especialmente Carl Muth y Theodor Haecker, que fueron importantes contactos para ella y sus creencias cristianas. La pregunta que más debatían era acerca de cómo debía actuar un individuo bajo una dictadura. Durante las vacaciones del verano de 1942, Sophie Scholl tuvo que realizar trabajos de guerra en una planta metalúrgica de Ulm. Al mismo tiempo, su padre estaba en prisión por un comentario crítico que le hizo a un empleado sobre Hitler. La Rosa Blanca
Empezaron a aparecer en Múnich varias pintadas en las paredes y panfletos en la Universidad sobre un movimiento opuesto a la guerra, denominado "La Rosa Blanca". Sophie se sintió atraída de inmediato por este movimiento y no fue sino hasta semanas después que se enteró que su hermano Hans Scholl y sus amigos eran los miembros de este grupo que había comenzado con cinco integrantes y se extendió rápidamente por toda Alemania. Fue Sophie la encargada de captar al Profesor Kurt Huber para el movimiento. Con su apariencia inofensiva y discreto atractivo, Sophie se encargó de trasladar a otras ciudades propaganda del movimiento y ayudar a conformar células a nivel nacional. Pronto la Gestapo, policía política Nazi orientó sus investigaciones contra el grupo aunque sin una pista. Hans Scholl y su hermana Sophie lideraban al resto del grupo, que incluía a Christoph Probst, Alexander Schmorell y Willi Graf. El profesor Kurt Huber, preparó las dos últimas series de folletos que distribuyeron los muchachos. Los varones de la Rosa Blanca eran veteranos de guerra, pues habían luchado tanto en el frente francés como en el ruso. Habían sido testigos de las atrocidades nazis, tanto en el campo de batalla como en el Holocausto, y eran conscientes de que el revés que la Wehrmacht había sufrido en Stalingrado podría eventualmente llevar a Alemania a la derrota. Tras un largo intervalo de inactividad en sus actividades en la segunda mitad de julio de 1942, la Rosa Blanca tomó una postura más enérgica contra Hitler en febrero de 1943, repartiendo las dos últimas series de folletos y pintando eslóganes anti-Nazis a lo largo de Munich, principalmente en las puertas de la Universidad ("¡Fuera Hitler!". La última distribución tuvo lugar en la Universidad, la mañana del 18 de febrero de 1943, a fin de coincidir con la salida de clase de los estudiantes. Con la mayoría de los folletos ya repartidos en lugares importantes, Sophie Scholl tomó la decisión de subir las escaleras hasta lo alto del atrio y lanzar los últimos folletos sobre los estudiantes. Fue vista por un conserje, quien era miembro del partido Nazi, y cerró las puertas del edificio de la universidad encerrando a los hermanos Scholl mientras llamaba por teléfono a la Gestapo quienes arrestaron a los hermanos Scholl. Los otros miembros activos cayeron pronto en redadas a los amigos de Hans y Sophie, y tanto el grupo como todo aquel asociado con ellos fue interrogados. En prisión La Gestapo colocó a una prisionera política alemana de nombre Elsa Gebel a espiar a Sophie con la intención de obtener más nombres de miembros del grupo; sin embargo, Elsa fue captada por el movimiento y cambió sus convicciones ante la dictadura, a quienes no proporcionó información alguna. Tras la guerra, dirigió una carta a los padres de Sophie, a quienes hizo saber que, durante los últimos cinco días de la vida de su hija, le había cambiado toda su forma de pensar y marcado para siempre. Los Scholl y Probst fueron los primeros en comparecer ante el tribunal, el 22 de febrero de 1943. Roland Freisler, Juez Supremo del Tribunal del Pueblo o Volksgerichtshof de Alemania, les acusó de traición y fueron condenados a ejecución en la guillotina ese mismo día. Extrañamente, a los Scholl y a Probst se les permitió compartir varios minutos solos antes de que se cumpliera la sentencia. Sus últimas palabras, justo antes de ser llevada a la guillotina, fueron: "Sus cabezas caerán también". Los otros miembros clave del grupo también fueron decapitados más tarde aquel verano. Amigos y colegas de la Rosa Blanca, aquellos que habían ayudado en la preparación y distribución de folletos, así como con dinero recaudado para la viuda e hijos pequeños de Probst, fueron sentenciados a penas de prisión entre los seis meses y los diez años. Sin embargo, la organización continuó, elaboró un séptimo panfleto y creció en células clandestinas con el objeto de hacer crecer la resistencia contra el Régimen. En el cine En años posteriores, los Scholl han sido inmortalizados en el cine y en el teatro, siendo Lena Stolze, una actriz alemana, quien interpretó a Sophie Scholl en "La Rosa Blanca" y en "Los últimos cinco días" donde se narran los últimos cinco días entre Sophie y Elsa Gebel. En febrero de 2005 una nueva película sobre la figura de Sophie Scholl salió a la luz; se trata de Sophie Scholl - Los últimos días, con la actriz Julia Jentsch es quien interpreta a Sophie. Basada en entrevistas con supervivientes y transcripciones que permanecieron ocultas en los archivos de la RDA hasta 1990, fue nominada al Oscar a la mejor película extranjera en 2006.