domingo, 7 de diciembre de 2014

León Gieco / Todos los días un poco

                   

Solidaridad al Hogar de Niños Del Padre Hurtado ( Autor: Vanesa Ardizzoni )


Organización del evento Cultural:
Solidaridad, La ternura de los pueblos.

Fecha: 06/12/2014
Horario: 20:00 a 01:00 Hs 
Lugar: Burlesque Arte y copas. (Hipolito irigoyen 2150)
Solidaridad, la ternura de los pueblos.

Fundamento:
Como vivimos en Lanùs, en la zona sur del GBA hemos conocido al Hogar de Niños Del Padre Hurtado, ubicado en Sitio de Montevideo 3455, Monte Chingolo (4-230-4846).
Nos hemos enterado de que en el Hogar del Padre Hurtado,  se albergan a catorse niños judicializados, de ambos sexos, de uno a seis años, en situación de riesgo producto de circunstancias de desamparo familiar, afectivo, moral y/o material.
Al ser una Organizacion no Gubernamental, no cuentan con el amparo del gobierno para solventar los gastos de sus carencias y estan pasando una situacion muy dificil, al borde del cierre.
Hablamos con la directora del Hogar, Gladis Garcia, y nos comento que sus necesidades primordiales son:  alimentos frescos, ropa, pañales, agua oxigenada, productos para llenar el botiquin de primeros auxilios ; y, como necesidades secundarias, repelente para mosquitos desodorantes, y perfumes y productos de limpieza.
Gracias a las donaciones de demás personas y grupos de ayuda tienen alimentos no perecederos, secos,  de sobra.
Solución:
Crear un evento artístico, basado en la muestra musical de Bandas y un espacio de poesía entre los shows, cobrando una entrada (bono contribución) mínima y accesible de 20$ por persona.
De esta manera recaudaríamos el dinero de éstas entradas para llevar a cabo la compra de los productos de necesidad primordial para donar al hogar.
Tambien se va a presentar en el flyer y volantes del evento,la posibilidad de que las personas que concurran lleven ropa que ya no usen o tengan pensado reciclar, de sus hijos, sobrinos, etc, tambien algún producto de limpieza, desodorante y/o perfumes para niños.
QUE LOS CHICOS DE ESTE HOGAR TENGAN UN MEJOR FUTURO

Material y metodos:
Para la realización de Solidaridad, la ternura de los pueblos, necesitamos un espacio, bar o centro cultural que nos brinde un rango horario de unas 3 horas.
Tambien necesitamos al menos 4 bandas y 1 poeta que quieran participar del evento ad honorem.
En resumen requerimos de:
 Un bar o centro cultural que nos preste el espacio.
 Músicos que quieran colaborar con su Arte.
 Equipos 
 Instrumentos.
El Bar cultural que conseguimos para llevar a cabo "Solidaridad, la ternura de los pueblos" se llama Burlesque, su ubicación es en la zona de Congreso; Hipolito Irigoyen 2150.
La fecha a realizar seria el día Sábado 6 de Diciembre , de 20:00 a 1:00hs
El lugar cuenta con todos los equipos necesarios, amplificador de guitarra, bajo batería y dos micrófonos para las voces.
Ya que los músicos van a tocar ad honorem y no se van a llevar ningun ingreso, lo bueno de este lugar que conseguimos para realizar el show, es que tiene todos los equipos necesarios y ninguna banda va a requerir el pago de un transporte para llevarlos a destino.
Ademas el Bar le brinda a los músicos, consumiciones de bebida y comida.
La poeta y las bandas que van a tocar en esta fecha son las siguientes:

Resultados:
 Recaudariamos dinero para comprar alimentos frescos para el hogar, ya que hoy en día estan cada vez mas caros y es de mucha ayuda para el mismo.
Los artístas que se expongan al público, obtendrían que los conozca más gente ademas de la que va al bar frecuentemente.
El bar se queda con los ingresos de las consumiciones de los clientes.

Conclusiones:
Creo que es una buena manera de ayudar y de que seamos ayudados.
En este caso hay tres sectores beneficiados:
 Los niños, el hogar.
 Los artístas.
 El bar.
Queremos dejar un texto de mucha importancia sobre La Solidaridad de la organización "Pensar la Vida"
La solidaridad como estado y, como camino
Cada vez día más personas anhelamos en nuestras vidas un estado de mayor bienestar, serenidad, gozo y alegría. Sin embargo y a pesar de esos anhelos, situaciones que vivimos a diario nos activan viejos sentimientos, formas de ser y hacer que día tras día nos alinea en luchas de poder, anhelos de éxitos competitivos, la necesidad de “ser importante”, urgencias inútiles, inversión de tiempo y esfuerzos tras objetivos que no se condicen con aquel deseo de bienestar y felicidad.
¿Somos contradictorios? Pues sí, queremos algo distinto de lo que venimos viviendo pero no sabemos como serlo y ni hacerlo. Tendemos a repetir las viejas costumbres y necesitamos ayudarnos mutuamente para avanzar en el rumbo de lo nuevo que queremos.
Quizás lo más complejo de este cambio es que no podemos cambiar solos y cada uno por su lado. Vivimos y somos junto a otros con quienes intercambiamos emociones y acciones que alimentan y construyen la realidad que habitamos en común y nos impulsa a ser a su manera. Por eso cambiar es también cambiarla, y eso requiere prácticas novedosas en cada uno de nosotros y al mismo tiempo acciones que vayan ayudando a cultivar un nuevo espíritu en quienes nos rodean. Este es el fundamento último de la solidaridad: el interés por mejorar la existencia en tanto es el marco en que ocurre y es forjada la vida de todos.
La solidaridad como estado
Cada uno de nosotros es parte del mundo cultural en que nacimos y nos formamos como personas. De él recibimos y en él compartimos lo más estructural de nuestras formas de ser, sentir, valorar y hacer. Eso hace que todos y cada uno seamos partes solidarias de ese mundo.  En este sentido “solidario” significa la pertenencia de cada parte a “un sólido-todo” fuertemente amalgamado, a la manera de los ladrillos de un edificio. (los ladrillos como tales existen pero toman sentido y razón de ser en la existencia del edificio).
Todos somos parte “solidaria” del contexto-mundo en tanto somos forjados en nuestras formas de ser y hacer por el espíritu del  mundo en que existimos. Y también todos podemos ser agentes de su cambio para generar otras cualidades del Mundo, eligiendo y diseñando nuevas prácticas y valores que vayan construyendo otro forma de ser de quienes las vamos poniendo en el mundo y así transformándonos y transformándolo. (Tal como la montaña que se genera sumando granos de arena que harán montaña, cambiaremos nuestro Mundo sumando actitudes y acciones diseñadas desde otro Sentido-Mundo. Se trata de nuevas formas de ser y hacer de cada uno que se van colectivizando, orientadas por una espiritualidad que refleja las nuevas voluntades de las personas y del Mundo mismo.
De la utilidad y dominio hacia la felicidad y solidaridad
Los nuestros actuales son tiempos de cambios. Valores que dejan de serlo, palabras que cambian sus significados, sentimientos que nos vuelven contradictorios… No se trata solamente de cambios dentro de la misma estructura de sentido, algo que implica más de lo mismo, sino de transformaciones en el espíritu mismo que da forma a la realidad y  a la existencia de todo lo que es, incluido en esto la vida de las personas.
Está naciendo otra era del devenir evolutivo del Mundo, y nosotros, los actualmente vivos, somos “generaciones puentes” entre lo viejo y lo nuevo en esta mutación histórica. Para cuidar nuestra experiencia en este tránsito será conveniente sintonizarnos con él y esto necesariamente significará también participar activamente en su CREACIÓN.
En la experiencia humana el Mundo manifiesta su intensión de cambio en los deseos de las personas. Es en el ejercicio que los humanos hacemos de nuestro libre albedrío que la evolución va eligiendo sus caminos. Allí es desde donde la voluntad del Mundo busca pro-activamente la generación de nuevas maneras de ser Mundo y nuevas maneras de ser de la vida humana. Y es en el deseo de los humanos donde se registra la voluntad del Mundo.
Así es que preguntarnos por el sentido o espíritu que pulsa en nuestros deseos, se nos vuelve una cuestión principal. Comprender y validar ese nuevo espíritu abre la posibilidad de visualizar el rumbo en el que el mundo está poniendo su voluntad de cambio y también la posibilidad de participar activamente en él.
El mundo que acaba se organizó desde el sentido de utilidad y dominio. En él todo es desde su ser útil (servir para algo) y la manera de operar sobre lo real es el dominio (establecer el poder sobre algo o alguien para extraerle su utilidad). Esto dio forma a la manera de ser de las personas y de las cosas en los últimos cinco siglos que fueron dedicados al “progreso” entendido como la mayor disponibilidad de bienes materiales.
Si registramos nuestros deseos más auténticos (que muestran también la voluntad del Mundo) seguramente encontraremos señales de un horizonte distinto que nos atrae, en el que lo valioso toma sentido en la felicidad y el bienestar de las personas y cuyas aspiraciones no refieren  ya al desarrollo infinito de los bienes materiales.
Para satisfacer más acabadamente nuestros anhelos de felicidad y bienestar necesitamos construir un mundo que tome sentido en eso mismo. Para eso será bueno buscar las maneras de ser pro-activos y eficientes en el vivir mejor de cada uno, de nosotros y de los otros.
Es por esto que en el camino de la solidaridad no se trata de la postergación de lo personal y tampoco simplemente del dar de unos a otros. Lo más significativo será la toma de conciencia de todos de cuan importante es para mejorar nuestra propia vida (la de todos), el  compartir con los otros las posibilidades de bienestar y felicidad que el mundo hoy nos ofrece. Se trata de actuar desde la intención de gestar y alimentar con cada acción, un contexto que albergue ese horizonte de felicidad y bienestar.
Es a la felicidad como sentido de nuestras vidas y a la solidaridad como espíritu orientador de las acciones, a lo que necesitamos estar atentos para poder inventar y generar actitudes, estrategias, formas organizacionales que las potencien y realicen.
La solidaridad como camino
Comprender lo solidario como estado, es lo que permite comprender que nuevas formas de ser y hacer de las personas y organizaciones son necesarias como semillas y abonos de nuevos estados del Mundo. Cuando esos nuevos estados se afirman en nuestros contextos inmediatos nos ofrecen a todos la posibilidad de acelerar el proceso de generación de nuevas formas de ser y hacer como personas. Para esto necesitamos afirmar la solidaridad como camino.
Las condiciones de posibilidad históricas (creadas por los siglos de duros esfuerzos invertidos en el desarrollo productivo y progreso económico) están dadas para que cada uno de nosotros pueda agregar “un granito de arena a la montaña”. En ese intento será necesario tomar fuerza cultivando la felicidad en nuestra propia vida (aun programada desde el sentido de utilidad y dominio) y al mismo tiempo ayudar crearlas condiciones para que otros puedan hacer lo mismo en la suya.
Para eso no es sólo será precisó la ayuda material, sino también será  necesario ayudarnos mutuamente y ayudar a otros, a transitar la transformación espiritual que todos necesitamos para que nuestra experiencia se re-oriente y se vaya re-significando, para que cada día más nos sea posible vivir orientados por nuestros propios deseos de felicidad y solidaridad.
Se trata de cambiar nuestros valores, intereses y actitudes. La manera de comunicarnos y relacionarnos con los otros, volvernos más atentos a alimentar nuestra felicidad, alegría y goce de vivir, al mismo tiempo que ayudamos en el propio giro existencial a quienes son parte de nuestros contextos inmediatos: nuestra familia, pareja, amigos y a las organizaciones en que trabajamos … Todo es un mismo proceso: para avanzar cada uno en su enriquecimiento existencial necesitamos ayudar a cambiar al contexto en que vivimos y a su vez, el cambio del contexto necesita del cambio de las personas de quienes lo integramos.
Es por eso que lo solidario es en primer lugar un estado, que a todos nos incluye simplemente por vivir en una cultural y en una época determinada. Pero cuando la vida que anhelamos nos impele a buscar nuevos horizontes de sentido, la solidaridad también señala hacia una operatoria: las acciones en beneficio de todos y el logro de la felicidad compartida. Cada uno de nosotros somos una de las partes a través de las cuales el todo-sólido busca re-configurar su sentido con nuevas prácticas. Así es como del dominio de todo lo que es, intentamos rumbear hacia el cuidado y el amor por todo lo que vive. 
Todos somos “deudores y acreedores solidarios”, tenemos “deudas” (pagaderas en acciones transformadoras) y ”créditos potenciales” (beneficios existenciales a recibir) con la construcción del mundo cuyo horizonte de sentido está puesto en el cuidado de la vida y la felicidad de las personas.
Cada uno de nosotros será más beneficiado en el grado en que mayor sea el número de beneficiarios. El grado en que logremos compartir la felicidad con nuestros congéneres en el mundo que vaya logrando ese estado, marcará el nivel de vigencia del nuevo espíritu del mundo y con ello el nivel de nuestras posibilidades de existir con mayor amor, serenidad, alegría, goce y prosperidad.
¿No es ese el mundo en que nos gustaría vivir? ¿No es nuestra época la primera vez que esto se presenta como posible para la humanidad, logrado de los esfuerzos sacrificados con que se hicieron posibles las actuales condiciones materiales de la vida? Será bueno entonces que reconozcamos esta movida civilizatoria como una oportunidad en la vida de cada uno y de todos, y nos pongamos en camino.